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CAP II. ​​EN POSESIÓN DE MI CIELO INTERIOR. Una realidad sagrada del yo y del mundo circundante

  • Foto del escritor: Nathaly Cano
    Nathaly Cano
  • 20 feb
  • 5 Min. de lectura




Debes beber el agua del dolor y el sufrimiento.

Debes atizar el fuego del amor con la leña de la virtud.

Entonces habitarás en el verdadero desierto.

Matilde de Magdeburgo

 El desierto tiene doce cosas, 1,35. 

 A cada uno su ritmo de aflicción.

 Roland Barthes, Diarios de duelo.

 

Lo que yo hago es huir de lo claro para aclarar lo oscuro.

Antonin Artaud.

   Al mediodía comienza mi noche. Y en la noche, antes de dormir, aparece mi miedo a la repetición mecánica, la performatividad vacía de sentido. Cuando sueño me libero y habito un espacio donde juegan elementos azarosos, animales, iglesias, situaciones extrañas. En el umbral de mi noche y mi sueño, lo repetitivo expresa lo inexpresable para entender y dar alivio al tedio que ensombrece mis pensamientos que resuena como un eco en el abismo de mi fractura, develando la conciencia de mi dolor.

   Temor a devenir en Mí misma, morar en tierra consagrada, despejar las puertas de la percepción, sin tener aún algún indicio de lo que hay detrás de esta liberación, de lo que hago, mis decisiones, hacia donde dirijo el foco de mi atención. Buscar lo divino en lo más profundo de mi ser y no en el mundo exterior, soltar las cadenas del mero instinto para concientizar los opuestos. Comprender la misteriosa oscuridad del espíritu oriental que me habita a modo de serpiente y quiere despertar(me) mis profundas potencias psíquicas al someterme a lo espiritual.

   La sincronicidad me recuerda que soy parte de algo más grande que me guía hacia encuentros que me transforman, una danza entre mi mundo exterior y el interior. Sin embargo, la sincronicidad repetitiva me abruma. Siento en mí las palabras arrastradas con pesar de Paul Celan en Todesfuge (Fuga de la muerte). El hastío del mensaje se queda en mi pecho, a fuerza de tedio, repito el vacío, me exaspero, voy al bosque, busco respuestas, encuentro algunas, vuelvo a la repetición, a veces me sorprendo, tanto que debo volver al bosque con esta nueva perspectiva, la teorizo, tengo miedo, me aferro a nada, ritualizo con fuego y cenizas, la desesperación me ahoga. Y ahora la repetición, con un poco más de sentido, se vuelve estructura sacra que me ayuda a entender ciertos puntos que esgrimí desde la intuición. Un kimono de terciopelo negro, ojos vendados, manos atadas por detrás de la espalda, la petición de no escuchar tu respiración, el mandato de enfocar tu atención en el punto medio entre tus ojos, el castigo. Avanzo y tengo nuevas respuestas.

      Frater meus, el sollozo de tu vulnerabilidad, pupilas dilatadas y la liviandad de tu cuerpo me hacen comprender este viaje donde el sentimiento de nulidad fragmenta lo que estaba aparentemente unido. Poco a poco entiendo lo que ya no es ni piedra ni agua, sino lo sagrado de un encuentro donde la experiencia extática revela el aspecto divino y singular del rito. La sincronicidad y la repetición me parecen menos tediosos, cuando en mis momentos de oscuridad, algunos Sumisos se comunican y sus palabras se vuelven un faro de regreso a casa. No estoy sola en esto.s

   En la separación radical entre lo sagrado como interno y lo profano en lo externo, la mazmorra se presenta en un plano diferente al común. Y este plano físico deja de ser homogéneo, para escindir en él un Centro, en el que el cuerpo físico lo presento como altar, determinando así un punto fijo, particular y único para fundar el mundo y comenzar a vivir realmente. Ningún mundo nuevo podría nacer de la homogeneidad del espacio.  En el equilibrio entre el Caos y el Cosmos y mi búsqueda de la multiplicación del sentido, descubrí que lo sagrado equivale a la potentia de Spinoza - volveré a citarle ad infinitum. Mi alimentación, mi sexualidad y mis sueños dejaron de ser hace mucho tiempo sólo un proceso orgánico, sino más bien lugares  donde me permito alcanzar cierta trascendencia por la comunión que genero con los objetos consagrados en mi universo privado, donde establezco una frontera que distingue lo común de lo que puede ser extraordinario. Recuperé mi insolente libertad, en mi sed de ser y ante el terror que me provoca pensar en la nada, decidí enfrentarme a otro comienzo, uno más dentro de las múltiples vidas que ya he vivido. Me rehúso a aceptar una condición simplemente humana, me escindo objeto maleable dispuesto a la sincronicidad, a la manifestación de lo sagrado y me uno íntimamente con el misterioso espíritu oriental, el que me permite desenlazar libremente mi fuerza psíquica, mi neurosis era mero reflejo de mi compleja e intensa profundidad. Ante esto, mis idas y regresos al bosque han sido la vía de curación de mí misma. Veo mi alma y ya no me espanta el abismo ni la inmolación de mi Ser.

        Me pregunto cuántas veces tendré que buscar refugio en el bosque. Mi sensibilidad, la guerra, la desdicha y el espanto, lo insoportable y lo inconcebible de nuestra realidad histórica me subyuga ante la necesidad de mi creciente religiosidad. Me cuesta entender el Cosmos en su aspecto destructivo como arista hierofánica, la aplastante sumisión ante mi Nova maiestas.

   Elegí un territorio y comencé a dejarme crecer raíces, asumiendo la creación de mi mundo que aparentaba no tener pasado. Retorno de la diáspora porque necesito respuestas, vuelvo a mi centro para reconocer a los dioses de mis antepasados. Un test de ADN como rizoma virtual me revela ibérica, árabe e indígena americana, mis ojos grandes al fin tienen respuestas fácticas. Empiezo mi viaje de reconexión al Oriente. Mis visitas a Marruecos despertaron en mí un profundo y sublime anhelo de pertenencia, comencé a soñar con mezquitas y desiertos. Las primeras palabras que aprendí en árabe son sin duda, palabras que me contienen -Dunya, Mreyte, Leyla, Sama, Fawda, Ahmar, Kabir, Qawm- (Tierra, Espejo, Noche, Cielo, Caos, Rojo, Grande, Resistir). Mi victoria aquí radica en reconocer lo incógnito, enfrentarme como un espejo a diferentes presencias, aceptar la reverencia, gozar del constante intercambio de roles donde no hay objeto ni sujeto, porque ambos compartimos una tercera entidad común. Salir de la tiranía jerárquica y volver a la presencia. Si yo ya no estoy sola, entonces tu tampoco. Ahora, como un espacio geométrico deseo erigir una teoría sacro-religiosa, rebelde y emancipadora, donde la repetición se vuelve necesidad para establecer un rito de iniciación, un umbral hacia un inconsciente profundo, mirar frente a frente al Anima y el Animus, porque sin el alma el espíritu está tan muerto como la materia. Soy capaz de conectar con múltiples rupturas, tu dolor y el mío comparten raíces de la misma matriz.

 

   El 22 de Noviembre cumplo un año desde mi primera sesión en una mazmorra como Dominatrix, el mismo día que el Sol pasa por mi Lilith natal en el grado 0 de Sagitario, día en el que acepté y agradecí la voluntad de mi anhelo que buscó la vía de la liberación. En el umbral de mi noche aprendí a confiar en mi sombra.


 
 
 

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COME TO ME

In every session, the body becomes a manifesto—a place where joy meets the abyss, and the fetish becomes the thread that unites the sacred with the profane, the visible with the hidden, the flesh with the shadow.

 

Where the performativity of perversion becomes a mirror of the real.

I approach eroticism and sadism with a magnificent and untamed sensuality. With my refined education in the art world and a heightened aesthetic sensibility, the practices I create are immersed in beauty; within them, delicacy and destruction converge in profoundly creative ways. I naturally transform certain extreme practices into sublime experiences, exploring the fundamental tensions of desire: the interplay between pleasure and pain, the intersection of Thanatos and Eros, the impulses of life and death. Thus, I guide an introspective journey into the hidden aspects of our psyche.

This fusion of contrasts is not merely a physical experience but a profound exploration of the self. By engaging with these opposing forces, I transcend the ordinary boundaries of pleasure and pain, discovering new realms through the act of surrender. With awareness, this becomes an art form in itself—one that reveals intricate truths about the nature of existence and the depths of human desire.

The erotic liberation I pursue extends far beyond physical enjoyment. It becomes a gateway to a broader understanding of existence, facilitating symbolic transgressions in which the fetish is not merely an object of adoration but a manifestation of the divine within the earthly—a path to the dissolution of the self. I provide a safe space for emancipation: an act of surrender that enables cathartic and transcendental liberation. Provocation through the Imaginary is essential, as it acts as a bridge to the root of desire, helping to overcome repression.

It is crucial to understand that life itself is a mystical experience and that every process of expanding consciousness is, at its core, a spiritual one—guiding us toward our own evolution.

My path in Domination is built upon a dynamic exchange between Me and those fortunate enough to serve Me. I carefully select My devotees, ensuring they align with My energy and respect My boundaries.

I find great pleasure in training men to become deeply devotional submissives. Dive in with Me—I’ve got you. Release your control and submit to My will. It is an unique experience for Me to connect with curious and creative individuals who embrace the constant transformation of the self. For Me, Domination is an art: a daily practice of mastering what also masters Me.

I connect especially well with those who are respectful and generous—those who understand the value and rarity of what I offer. The ideal visitor is someone who recognizes the privilege of My time, company, and skill while respecting both, My boundaries and their own. I am particularly drawn to intriguing individuals with unique inclinations—people willing to explore their daring sides and open themselves to new possibilities.

First-time adventurers, as well as the shy and curious, are always welcome. I establish lasting and meaningful relationships with My most specials submissives. As trust grows between Us, Our sessions evolve, becoming more intense and transformative. My more advanced practices are generally reserved for those with whom I share a profound connection, built on mutual respect and understanding.

Once I feel a strong bond has been established, I will encourage you to explore new boundaries, guiding you into uncharted territories. Together, we will discover the extraordinary.

 

  • My allowed practices:

•      Body worship (ALWAYS with clothing barrier)

•      Bondage

•      Boot/Foot Worship

•      Breath play

•      Caning

•      CBT and Ballbusting

•      Cuckold fantasy

•      Electricity

•      Feminization

•      Flogging

•      Forced feminization

•      GB/GS

•      Headmistress/School teacher

•      Humiliation (must consult for public)

•      Kidnapping

•      Mindfucking

•      Mommy Domme

•      Mummification

•      Nipple torture

•      Paddling

•      Pegging/ Fisting

•      Pet Play

•      Religion Nun Play

•      Role play

•      Sensory deprivation

•      Sensual domination

•      Slut Training

•      Smothering

•      Spanking

•      Spitting, slapping

•      Sub and sissy training

•      Tease and denial

•      Temperature play (hot wax, ice)

•      Tickling

•      Trampling

•      Verbal humiliation

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My NON negotiables limits:

Complete nudity on my part

Session as submissive or switch

Medical play

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